UNO MÁS EN EL GRUPO: SER NUEVO EN…

Todos hemos estado ahí alguna vez. Ese momento en el que llegas a un grupo nuevo —una clase, un equipo, un viaje— y sientes que todo el mundo se conoce menos tú. No sabes bien dónde sentarte, si hablar o esperar a que alguien se acerque. La sensación de ser “el nuevo” puede generar inseguridad, pero también es una gran oportunidad para crecer y descubrirte.

En Colectivo Tándem lo vivimos muy de cerca. En nuestros programas educativos o actividades, siempre hay alguien que vive por primera vez una experiencia de grupo. Por eso, sabemos que “Uno más en el grupo: ser nuevo en…” no es solo un título: es una realidad emocional que merece atención, empatía y herramientas para afrontarla.

Todos hemos sido “el nuevo” alguna vez

Ser nuevo no tiene edad. Puede pasar en el colegio, en un campamento, en un viaje de fin de curso o incluso en un trabajo. Es ese instante en el que todo te resulta desconocido y, por un momento, sientes que el suelo se mueve bajo los pies.

La timidez suele aparecer de forma natural: queremos agradar, no desentonar, encontrar nuestro lugar. Pero lo que muchas veces olvidamos es que la mayoría de personas del grupo también han sentido lo mismo alguna vez. Y eso cambia completamente la perspectiva.

En lugar de verlo como una desventaja, podemos entenderlo como un comienzo. Estás en el punto exacto donde empiezan las amistades, las risas y los recuerdos nuevos.

alumna en una clase haciendo una manualidad

Cómo se siente ser el nuevo

Hay muchas emociones mezcladas en esos primeros días:

  • No saber cómo te verán los demás o si encajarás.
  • Todo es nuevo: las personas, los espacios, las rutinas.
  • A equivocarte, a hablar demasiado o demasiado poco.
  • Ilusión. Porque dentro de ti sabes que algo bonito puede empezar.

En Colectivo Tándem enseñamos a los chicos y chicas a reconocer estas emociones sin juzgarlas. No se trata de evitarlas, sino de entender que forman parte del proceso de adaptación.

Y cuando las reconoces, dejan de ser un obstáculo para convertirse en una brújula que te guía hacia el encuentro con los demás.

grupo de primaria en un viaje de fin de curso en circulo sentado en el suelo con su monitora

Romper el hielo: el primer paso

Romper el hielo no siempre significa ser el más hablador o el más divertido. A veces basta con una sonrisa, una pregunta o una actitud abierta. En nuestros programas educativos lo trabajamos con dinámicas diseñadas precisamente para eso: juegos, retos en grupo, actividades cooperativas donde nadie se queda fuera.

Aquí algunos tips sencillos que funcionan en cualquier entorno:

  1. Haz una pregunta simple. “¿Dónde os sentáis normalmente?” o “¿Qué tal fue el primer día?” pueden abrir puertas enormes.
  2. Participa, aunque sea poco. A veces solo hace falta intervenir una vez para que los demás te integren.
  3. Muestra interés real. Escucha y mira a la gente con atención. El interés genera conexión.
  4. Sonríe. Parece básico, pero transmite cercanía y confianza.
  5. No te compares. Todos los grupos tienen sus dinámicas; tú aportarás algo nuevo, diferente y valioso.

Romper el hielo es un arte, y como todo arte, se mejora con práctica.

En Colectivo Tándem también lo entrenamos

En nuestros programas educativos, como Refuerza, Proa+ o PAAE, trabajamos con chicos y chicas que a menudo llegan a grupos nuevos o viven situaciones sociales complejas. Por eso, dedicamos sesiones específicas a dinámicas de confianza, autoestima y cohesión grupal.

A través de juegos cooperativos, talleres de comunicación o actividades de expresión emocional, ayudamos a los participantes a entender que ser nuevo no significa ser menos, sino estar empezando una nueva etapa.

La escucha activa, el refuerzo positivo y la empatía son pilares en nuestra metodología. Los monitores y educadores no solo guían las actividades; también acompañan emocionalmente, detectando cuándo alguien necesita apoyo y ayudándole a encontrar su sitio.

Porque en Colectivo Tándem creemos que no hay aprendizaje sin bienestar emocional.

Entender la timidez: tu aliada, no tu enemiga

A menudo se habla de la timidez como si fuera un defecto, pero no lo es. La timidez es solo una forma de procesar el entorno. Las personas tímidas suelen ser más observadoras, reflexivas y sensibles, cualidades que pueden convertirse en grandes fortalezas.

El problema aparece cuando la timidez paraliza. Por eso, el objetivo no es eliminarla, sino aprender a gestionarla.

Algunos trucos que usamos en nuestras dinámicas y que puedes aplicar también tú:

  • Respira antes de hablar. Calma el cuerpo y la mente.
  • Prepárate pequeñas frases de inicio. Te darán seguridad al presentarte o al iniciar una conversación.
  • Recuerda tus puntos fuertes. Siempre hay algo que te hace especial: tu sentido del humor, tu creatividad, tu empatía.
  • No fuerces el ritmo. La confianza llega poco a poco, y está bien que sea así.

Cuando la timidez se transforma en consciencia, deja de limitarte y empieza a ayudarte.

Aquí os dejamos algún truco más para traspasar la timidez

El poder del grupo: cuando los demás también ayudan

La integración no depende solo del que llega. El grupo también juega un papel fundamental. Por eso, en Colectivo Tándem enseñamos a los jóvenes a acoger al nuevo con respeto, curiosidad y apertura.

Una mirada amable o una invitación a participar pueden marcar la diferencia. En nuestras actividades fomentamos que los grupos sean espacios seguros, donde la cooperación y la solidaridad estén por encima de la competencia.

Así, cuando alguien nuevo llega, el ambiente ya está preparado para recibirle.

grupo de chavales haciendo una dinámica de globos en una sala con baldosas blancas y negras

Actividades que ayudan a vencer la timidez

Durante nuestros viajes de fin de curso y programas educativos, utilizamos dinámicas especialmente pensadas para facilitar la integración:

  • Juegos cooperativos, donde el éxito depende del grupo, no del individuo.
  • Talleres de expresión corporal y teatro, ideales para soltar la vergüenza.
  • Actividades en la naturaleza, que relajan y fomentan la comunicación espontánea.
  • Talleres emocionales, donde se comparten experiencias y sentimientos en un entorno seguro.

Estas herramientas son perfectas para que los jóvenes se reconozcan, confíen entre sí y comprendan que todos estamos en el mismo barco.

Y eso es, al final, lo que hace que uno más en el grupo: ser nuevo en… sea un aprendizaje vital, más allá del aula o del viaje.

Si estás más interesado en ver cómo son nuestros programas educativos, te dejamos el enlace a nuestra web, puedes pedir información sin compromiso

 

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