ADIÓS ABUELO

Cuando un ser querido fallece tanto para los adultos como para los más pequeños de la casa, es difícil de asimilar. Ya una vez pasado el momento de shock y de los días atípicos de tanatorio, entierro, funeral… hay que volver al día a día. Pero la realidad ha cambiado y el ritmo que llevas es más lento del exigido en la rutina. Adiós abuelo es un artículo para esos primeros momentos.

A los más pequeños o adolescentes se les abre una nueva situación en su corta vida, la ausencia de ese ser querido y la incomprensión de que no va a volver. En este artículo lo hemos querido centrar en la figura del abuelo/a, como familiar cercano con el que se convive o se pasan muchas horas a la semana con él. Pero la fases del duelo y el aprendizaje de superación es el mismo para cualquier figura familiar o del entorno del menor.

“Jamás te persigas creyendo que ya deberías sentirte mejor. Tus tiempos son tuyos. Recuerda que el peor enemigo en el duelo es no quererse”. Jorge Bucay

El Duelo

Lo primero vamos a recordar brevemente las cinco fases del duelo en cualquier persona. ¿Su duración? Impredecible, cada persona lo vive y lo siente a su ritmo.

  1. Negación.
  2. Enfado o ira.
  3. Negociación.
  4. Depresión o tristeza.
  5. Aceptación.

Lo más importante durante este proceso es no presionar a nadie. Cada persona expresa a su debido tiempo lo que lleva en su interior. Por eso es bueno crear un ambiente cálido y de “rescate” ante los picos que se sufren en el duelo. Fomentar un auto-cuidado, más mimos y a veces un ritmo más tranquilo serán recomendaciones a tener en cuenta.

Pautas a seguir

Incorporarse pronto a las rutinas y mantenerlas promoverán un espacio de calma y de concentración en otras tareas.

Como modos de expresión de sentimientos es bueno hacerles partícipes en los actos familiares que se realicen (a partir de los 6 años). Además usar actividades cotidianas suyas para chequear cómo van: juegos, dibujos, escritura de relatos… En este aspecto se puede proponer de dos maneras, más directamente hablando sobre el tema: “Vamos a hacer un dibujo de la abuela y tú en tu recuerdo favorito”, “Escribe lo más gracioso que te pasó con el abuelo”, “hagamos una pequeña obra de teatro sobre la abuela”… Pueden ser ideas para ir exteriorizando sus sentimientos. Otra opción es más subjetiva, analizando cómo se comportan en esas actividades antes del fallecimiento y después de él.

No dudar nunca en expresar también los sentimientos propios. Hay que pensar que como adulto tienes que hacer tu duelo de ese ser querido. Es importante que los niño/as observen que el enfado, la tristeza o el dolor es igual para todos.

Dentro de estas situaciones es importante no decir una serie de frases que se suelen decir pero que muchas veces provocan reacciones contrarias a las deseadas:

  • A él no le gustaría que estuvieras triste.
  • Hay que ser fuerte.
  • La vida sigue.
  • Espero que ya estés bien.

Como recurso gráfico para poder trabajar el tema os ofrecemos “La hora del Cuco” un pequeño relato que la CEAPA (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado) encargó a la escritora Clara Redondo  para ayudar a las familias en este proceso, dirigido para niños de entre 6 y 12 años.

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